
Acampando en ruta con el caballo (1)
Métodos para pasar la noche en el campo con nuestro caballo
Cuando salimos de ruta con los caballos puede plantearse la necesidad de pasar la noche en el campo, por no existir en la zona cuadras o prados cercados que podamos utilizar. O puede que no se trate de una necesidad, sino de una elección personal porque prefiramos acampar en el monte, lejos de zonas habitadas, tranquilos y “a nuestro aire”. Sea cual sea el motivo de la pernocta en el campo, trataremos aquí los métodos más adecuados para que jinetes y caballos pasen una noche tranquila y segura.
Premisas a considerar.
El método que elijamos para que los caballos pasen la noche en el campamento debería cumplir, en la medida de lo posible, las siguientes premisas, que enumeramos en orden de importancia:
- Ser seguro, evitando que los caballos se escapen o se hagan daño.
- Permitir a los caballos relajarse y descansar.
- Permitir a los caballos alimentarse.
Seguridad:
Despertarse por la mañana y descubrir que nuestro caballo ha desaparecido es una sensación bastante desagradable. Los caballos pueden «fugarse» del campamento por asustarse, para buscar comida, para regresar a su querencia o, simplemente, por aburrimiento.
Si estamos acampando con varios caballos y se escapa solo alguno de ellos, es muy probable que se quede en los alrededores, al amparo de la “manada”, pero también puede ser que los que están sujetos quieran escapar al ver al fugado y forcejeen hasta lograrlo, o se hagan daño en el intento. Los caballos sueltos, una vez han llenado el estómago, tienen tendencia a deambular y pueden llegar a alejarse mucho.
Por ello, nuestra prioridad al elegir el método para pasar la noche debe ser que el caballo no pueda escapar. Además, debe garantizar que no se haga daño intentándolo o por accidente.
Descanso:
Las circunstancias nos obligan a veces, pero debemos escoger un método que, en la medida de lo posible, proporcione a nuestro caballo un buen descanso durante la noche. Los métodos que le permiten moverse algo, e incluso echarse, ayudan a que por la mañana encontremos un caballo en plenas facultades para emprender la ruta.
Alimentación:
Independientemente de que debemos permitir al caballo pacer en los descansos de la jornada, la posibilidad de hacerlo al terminar su trabajo, ya en el campamento, ayuda a mantenerlo bien alimentado y nos permite llevar menos pienso, grano o forraje. Esto es especialmente importante cuando la ruta se hace sin vehículo de apoyo y debemos llevar el pienso o grano necesario en las alforjas. Si es posible, deberemos pues elegir un método que permita al caballo tener acceso al pasto, aunque sea solo durante un par de horas al terminar el día.

Además, si hacemos la ruta sin apoyo, debemos tener en cuenta una cuarta premisa muy importante: el material necesario para el método elegido debe ser ligero y fácil de transportar en nuestras alforjas o en el caballo de carga.
Con todas estas consideraciones, los dos métodos que nos parecen más adecuados, en circunstancias normales, son la cuerda alta y el pastor eléctrico. En este artículo trataremos el primero de ellos, dejando el segundo para una entrada posterior. También trataremos, al final de esta pequeña serie, otros métodos alternativos, de forma que cada jinete escoja el sistema que mejor se adapte a sus circunstancias o a sus caballos.
La Cuerda Alta.
Lo que los americanos llaman Highline, es quizá el método más utilizado cuando se acampa con caballos donde hay árboles, por ser muy sencillo de montar y transportar. Según cómo lo utilicemos, puede cumplir las tres premisas básicas que señalábamos en el punto anterior. Cumple también la cuarta, porque el material a emplear es escaso y ligero, pudiéndose llevar perfectamente en las alforjas.
Consiste en extender una cuerda entre dos árboles a una altura de alrededor de 2 m del suelo, que tensaremos lo más posible. A esta cuerda ataremos el caballo con un ramal, de forma que pueda moverse a lo largo de la misma o quede fijo, dependiendo de las circunstancias.

El material que necesitamos para este método es el siguiente:
- Cuerda de 6-8 mm de diámetro y 20 m de largo. La de escalada es muy apropiada.
- Mosquetón convencional resistente.
- Mosquetón con virador.
- Sistema de anclaje específico, o trozo de cuerda para atar con nudo Prusik (explicado más adelante).

Para instalar la cuerda alta elegiremos dos árboles cuya separación podamos cubrir con la longitud de la misma. La sujetaremos firmemente al primero de ellos, si es posible a una altura mínima de de 2 m, rodeándolo y fijándola con el mosquetón de forma que quede un lazo corredizo (foto CA-1).
Extenderemos la cuerda hasta el otro árbol y la fijaremos, tensándola lo más posible. Para ello haremos una lazada, que actuará como polea, por la que pasaremos el extremo libre de la cuerda y tiraremos con fuerza hasta que esté bien tensa (fotos CA-2 y CA-3). Ataremos y tendremos ya nuestra cuerda alta preparada. En esta operación no habremos tardado más de cinco minutos.
Si queremos dejar al caballo recorrer libremente la cuerda, bastará con colocar un mosquetón con virador, que sea resistente (foto CA-4). A su anilla ataremos el ramal del caballo, que se desplazará a lo largo de la cuerda deslizando el mosquetón. Conviene poner dos topes a 1 m de cada árbol, para evitar que el ramal se enrede en el tronco.
Si queremos dejar al caballo fijo, sin posibilidad de moverse a lo largo de la cuerda, las mejores opciones de amarre son el nudo Prusik (foto CA-5) y una herramienta especialmente diseñada para este cometido que los americanos llaman In-Line Swivel, que podríamos traducir como Virador (foto CA-6).
El nudo Prusik tiene la ventaje de su sencillez. Utilizaremos un trozo de cordino de escalada, de paracord o de cualquier cuerda fina medianamente resistente. Lo ataremos haciendo bucles sobre la cuerda alta, en la forma indicada en la imagen siguiente.

Una vez terminado comprobaremos que, si no tiramos del bucle, podemos recorrer el nudo sin problema sobre la cuerda. Sin embargo, si ejercemos tensión el nudo queda fijo. Esto nos permite moverlo al tramo de la cuerda que queramos, pero una vez atado el caballo no se moverá cuando éste tire. Al bucle amarraremos el ramal del caballo que deberá tener en este extremo un mosquetón con virador para evitar que se retuerza.
La otra opción es utilizar un virador específico, muy utilizado en Norteamérica. Debemos colocarlo sobre la cuerda antes de tensarla del todo. Tiene la ventaja de llevar ya un quitavueltas incorporado, de manera que podemos atar el ramal directamente y no se retorcerá cuando se mueva el caballo.
La longitud del ramal también es importante. Si queremos que el caballo tenga acceso al pasto, lo dejaremos lo suficientemente largo para que llegue con la cabeza al suelo, pero ni un centímetro más. De esta forma disminuimos el riesgo de que se le enreden las manos. Si queremos máxima garantía de no tener este problema, lo ataremos corto, con un ramal de no más de 1 m.
¿Debemos dejar al caballo fijo, o permitir que recorra la cuerda? Para mí, la mejor opción es permitir que se desplace a lo largo de la cuerda durante todo el tiempo que esté bajo cierta supervisión, es decir, hasta que nos vayamos a dormir. Esto le permite moverse un poco y, sobre todo, tener acceso al pasto que hay a ambos lados de la cuerda, en toda su longitud. Como el movimiento y el ramal largo implica riesgo de que haya algún enredo, pero si estamos medianamente pendientes actuaremos y no pasará a mayores. Yo por la noche prefiero dejarlo fijo y con el ramal corto, para evitar problemas.
Si optamos por atar varios caballos a la misma cuerda, es evidente que deberemos dejarlos siempre fijos y a una distancia lo mayor posible.
Condiciones necesarias:
- El caballo debe estar acostumbrado a estar atado sin tirar, durante horas. Si no es así, es necesario entrenarlo en casa para ello.
- Debemos disponer en la zona donde acampemos de dos árboles robustos y a buena distancia.
Ventajas:
- Es sencillo, barato y muy rápido de montar. Podemos reducirlo incluso a una cuerda larga y un ramal.
- Con respecto al tradicional método de atar el caballo a un árbol, en «modo móvil» tiene la ventaja de permitirle desplazarse y tener acceso a mayor cantidad de comida. En «modo fijo» nos ofrece un anclaje elástico, más seguro ante tirones que el tronco o la rama de un árbol.
- La cuerda puede servirnos durante el día para otras cosas como dejar pastando en los descansos al caballo con cuerda larga, e incluso sacarnos de algún apuro si tenemos dificultades.

Dónde encontrar material:
Cuerda:
Como he mencionado anteriormente, para mi la cuerda más adecuada es la de escalada de entre 6 y 8 mm de diámetro. Podemos encontrarla en infinidad de tiendas de montaña y grandes almacenes deportivos. Hay también muchas tiendas online donde comprarla y que nos la envíen a casa, entre las que destaca por su calidad y años en el mercado Barrabés.
Virador o Swivel:
Fácil de encontrar en el mercado americano. Puede comprarse online en varias tiendas pero recomiendo entrar en Outfitters Supply, donde encontraremos además otro material interesante para nuestras rutas a caballo. El virador lo tenemos en In-Line Swivel.
Mosquetón con virador:
Podemos comprarlo en ferreterías buenas, tiendas de náutica y en algunas tiendas de equitación. Si optamos por comprarlo online, podemos hacerlo en Tienda Hípica. Tenemos también algunos mosquetones magníficos en la tienda americana que hemos mencionado anteriormente, así que si decidimos comprar los viradores podemos ya pedir también los mosquetones. El enlace directo a ellos es Swivel Scissor Snap.
Cintas protege-árboles:
Los americanos utilizan para este sistema las llamadas Tree Saver Strap, que son unas cintas que protegen el árbol del rozamiento y a las que se sujeta la cuerda. En algunas zonas de Estados Unidos, sobre todo en los Parques nacionales y otras áreas protegidas, son de uso obligatorio. Sinceramente, creo que pueden ser recomendables si vamos a pasar varios días en el mismo sitio, pero si solo es por una noche a mi juicio el árbol no sufrirá ningún daño.
También en esta tienda americana tienen un Highline kit que incluye todo lo necesario para montar el sistema, pero es caro y no merece la pena.
En una próxima entrada del blog nos ocuparemos otro sistema para que nuestro caballo pase la noche en el campo: el corral eléctrico portatil.